sábado, 7 de septiembre de 2013

La Banca Offshore

Introducción
 
En el mundo actual, debido al fenómeno de la globalización, los países han abierto sus fronteras económicas, políticas y sociales.  Gracias a los avances tecnológicos podemos disfrutar de una gama de medios de comunicación y de transporte que facilitan y aumentan las relaciones entre distintas naciones y particulares.  Para un mundo en el cual la economía de los países depende en gran porcentaje de sus relaciones internacionales, es necesario contar con medios idóneos que agilicen y faciliten ese tráfico mercantil. 
 
Para el ámbito económico y financiero es de suma importancia el desarrollo del comercio exterior y es en este campo en el que la banca juega un papel trascendental como vehículo de promoción e instrumento para llevar a cabo las diferentes transacciones.  El mercado bancario ha creado diferentes mecanismos que facilitan dicho intercambio, dentro de los cuales encontramos  la banca offshore.  En esta investigación, se expondrá, entre otros, la importancia, las ventajas y desventajas que caracterizan a dichos centros, así como también se desarrollarán cada una de las principales características que observa un inversionista para optar por invertir en uno de ellos.
           
Debido al fenómeno de la globalización, las barreras que separaban a un país del otro han ido desapareciendo, lo que ha provocado un aumento en las relaciones entre particulares de habla distinta.   Basado en ello, el papel de la traducción ha cobrado en nuestros días gran importancia, ya que es otro medio que agiliza el intercambio, pues facilita el desarrollo de relaciones entre particulares que conocen un idioma distinto.  A continuación se expondrá la importancia de tal profesión en el mundo actual, y en especial dentro del ámbito jurídico. Asimismo, se hará un análisis de la Ley del Traductor Jurado,  Decreto 251, en la cual se encuentra regulado el procedimiento a seguir para obtener el título de dicha profesión.
L a   B a n c a   O f f s h o r e
 
I.  Introducción.
     El intercambio que se dio en un inicio entre los diferentes pueblos y más tarde entre los países, constituye la base del comercio internacional y se debe al deseo de satisfacer las necesidades del hombre y a la diversificación de productos que se ofrecen en uno u otro lugar.   Aunque el comercio internacional siempre ha sido importante, a partir del siglo XVI empezó a adquirir mayor relevancia; con la creación de los imperios coloniales europeos, el comercio se convirtió en un instrumento de política imperialista. La riqueza de un país se medía en función de la cantidad de metales preciosos que tuviera, sobre todo oro y plata. El objetivo de un imperio era conseguir cuanta más riqueza mejor al menor coste posible. Los gobernantes descubrieron que al promocionar el comercio exterior podían aumentar la riqueza y, por lo tanto, el poder de su país.
     El comercio internacional acarrea grandes ganancias ya que aumenta el mercado potencial de los bienes que produce determinada economía y caracteriza las relaciones entre países, permitiendo medir la fortaleza de sus respectivas economías.  Además el comercio internacional incrementa la producción mundial y hace que los recursos se asignen de forma más eficiente, lo que permite a los países consumir mayor cantidad y diversidad de bienes.   Todos los países tienen una dotación limitada de recursos naturales, pero todos pueden producir y consumir más si se especializan y comercian entre ellos. 
     La internacionalización del sistema bancario se originó cuando los bancos comerciales europeos comenzaron su actividad expansionista, su interés radicaba en el comercio exterior, como respuesta al requerimiento de financiación a las importaciones y exportaciones. Para facilitar dicho proceso, el mercado bancario  creo diferentes mecanismos que facilitan el intercambio internacional tales como la carta de porte,  el conocimiento de embarque o  la banca offshore, que son modalidades dinámicas y de creación relativamente recientes.
     En los últimos años, el mercado financiero mundial se ha caracterizado por una acentuada tendencia hacia la internacionalización, lo que implica que las operaciones que realizan las instituciones financieras, desde un determinado país,  surtan sus efectos en un país diferente al del intermediario financiero que lleva a cabo la operación, vinculando de esta forma a nacionales de diferentes países.  Para el ámbito económico y financiero es de suma importancia el desarrollo del comercio exterior y es en este campo en el que la banca juega un papel trascendental como vehículo de promoción e instrumento para llevar a cabo las diferentes transacciones.   Todo ello ha sido posible gracias al desarrollo que se ha observado en los medios de transporte y en el campo de las comunicaciones, el que ha permitido que se amplíen los horizontes de la banca fuera de sus fronteras con la misma facilidad con que tradicionalmente se conducían sus negocios internos.
     En la presente investigación se analizará la banca offshore, mecanismo que facilita dicho proceso de intercambio internacional.  Para ello se expondrá el origen, concepto y relación de los paraísos fiscales con la banca offshore.  Asimismo,  se expondrá el origen,  importancia y características de la banca offshore así como también las condiciones necesarias para la creación de uno de éstos centros financieros, dentro de las cuales se encuentran la estabilidad política, un estado de derecho, etc.  Por último se analizará el futuro de tales instituciones y las medidas que se han adoptado para regularlas.
                                                 
II.  Concepto de Paraíso Fiscal.
     Cada país tiene ideas, creencias, costumbres y un régimen legislativo propio, que no sólo caracteriza sino que diferencia a un país de otro.  Entre los países no existe uniformidad en cuanto a políticas monetarias, cargas fiscales y restricciones bancarias en general.  Esta circunstancia ha ocasionado que algunos países se constituyan en “paraísos fiscales” por ser lugares ideales o refugios de impuestos, lo cual constituye una característica esencial de dichas instituciones.
     Los paraísos fiscales vinieron a satisfacer una necesidad mundial, cual era servir de alternativa eficaz contra el cobro excesivo de impuestos y posteriormente, con su desarrollo paulatino y la sofisticación de los servicios ofrecidos, llegaron a competir con la banca tradicional a nivel internacional de manera eficiente.  Además del aspecto fiscal, la creación de los centros financieros offshore también se debe a otras circunstancias, dentro de las cuales cabe destacar la competitividad de los bancos en el ámbito internacional por aumentar sus márgenes de rentabilidad, lo que indujo a la búsqueda de nuevas plazas financiera en las cuales las regulaciones fiscales aumentaran dichos márgenes, el surgimiento del mercado de eurodólares, la diversidad existente respecto de regulaciones monetarias, cambiarias, y otras como contar con mejores medios de comunicación y transporte, o encontrarse situados en países políticamente estables.
     Ahora bien, ¿qué se debe entender por paraíso fiscal?  La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) los define así: “Aquellas jurisdicciones orientadas a facilitar la eliminación del pago de impuestos que de otra manera deberían ser pagados a tasas elevadas en otros países.”
     Sin embargo, el rebelarse ante las autoridades por el pago de tributos ha sido una conducta del hombre a lo largo de la historia y por ello los hombres han ideado ideas y lugares que brindan una solución a tal problemática; es así como surge con ocasión de la Primera Guerra Mundial, el concepto muy conocido entonces de Refugio Impositivo (Tax Shelter), antecedente más próximo de lo que hoy conocemos como Paraíso Fiscal. 
     ¿Qué se entendía como refugio impositivo?  Katherine M. Sans afirma que “los Refugios Impositivos pueden ser definidos como técnicas financieras contables que tienen por meta generar y transferir partidas de gastos a fin de disminuir los impuestos a pagar”. El concepto de paraíso fiscal surgió con posterioridad, el cual evoca necesariamente la no existencia de impuestos en un lugar determinado o el cobro de los mismos a tasas más reducidas con respecto a otros países, prerrogativa que motiva a los inversionistas extranjeros a invertir en países con legislaciones no tan severas en materia impositiva garantizando la maximización de sus utilidades.    Algunos países son verdaderos paraísos fiscales, debido a que desde sus orígenes les ha sido ajena la idea de establecer tributos y por ende buscan su ingreso de fuentes diferentes.  Otros países establecen un régimen especial y más favorable para los no residentes con la idea de favorecer el establecimiento de centros financieros offshore, sin que esto altere de ninguna manera el ingreso fiscal que perciben de sus nacionales. 
     Es importante recalcar que el objetivo de estos “paraísos fiscales” no es el de promover ni estimular la evasión o elusión de impuestos, simplemente al existir cargas impositivas muy altas en algunos países, resulta práctico y beneficiosos utilizar este tipo de alternativas y esto invita a inversionistas extranjeros a radicar negocios en tales países para así maximizar sus utilidades.  En el campo fiscal una persona es gravada si realiza o se presenta un hecho generador que dispare la obligación de pagar determinado impuesto, pero es libre de cambiar la forma de sus activos de manera que la tasa impositiva disminuya, colocándose de esta forma en una situación donde el hecho generador diferente lo beneficie.       Utilizar paraísos fiscales de una manera conveniente consiste, dentro de un marco de legalidad, en trasladar el hecho imponible a una zona más favorecedora, desplazándolo de zonas de alta fiscalidad a una zona donde las tasas impositivas sean bajas o no existan.  Sin embargo, además de la no-tributación, estas zonas pueden ser utilizadas por otros objetivos, tales como:
a)  Estabilidad de Inversión; evitar el control de cambio del propio país o para eludir la convertibilidad de la moneda, como sucede en países como Panamá, Bahamas e Islas Vírgenes Británicas;
b)  Centralizar la gestión financiera de las sociedades;
c)  Encajar en el marco de planeaciones fiscales estratégicas.  
     Es oportuno hacer énfasis en cuanto a que la inversión siempre se dirigirá hacia donde la oportunidad se encuentre y si ésta por una u otra razón cambia de lugar, la inversión simplemente la seguirá; esto es comúnmente conocido como inversión golondrina. Un inversionista siempre estará buscando la inversión que le brinda mayores beneficios y menores riesgos.
 
 
 III.  Concepto de Banca Offshore.
     En un inicio, con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, el concepto de banca offshore tenía una connotación territorial y nacionalista, por cuanto se consideraba que el banco offshore era el que ejercía funciones propias de un banco en un territorio y jurisdicción diferente de aquel donde había sido constituida la institución, lo que llevaba a catalogar como banca offshore cualquier proyección internacional de un banco en un país diferente del de su origen.  Esta concepción ha variado a lo largo del tiempo y actualmente no existe un significado universalmente aceptado.  Si nos referimos al término textual de su palabra, el término offshore significa “a distancia de la costa”  lo que nos llevaría a identificar la banca offshore como la que opera fuera del territorio original de su constitución.   Aunque, como se estableció anteriormente, no existe una definición universalmente aceptada del concepto banca offshore, de los siguientes elementos fundamentales de la noción de banca offshore se logra extraer una definición del mismo:
a)  La existencia de un intermediario financiero legalmente constituido en un determinado país, el que es un paraíso fiscal o centro financiero internacional;
b)   La realización de operaciones bancarias por parte del intermediario financiero, operaciones que se perfeccionan, consuman o surten sus efectos en el exterior; y
c) La preeminencia de las operaciones entre prestamistas y prestatarios extranjeros con respecto al país de origen o país de constitución del intermediario financiero.
­­­­­­­­­­­­     Así que de los elementos esenciales anteriormente citados podemos extraer la siguiente definición de la noción de banca offshore: Un intermediario financiero constituido en un determinado país anfitrión, generalmente en un paraíso fiscal o en un centro financiero internacional, en el cual realiza de forma preponderante transacciones bancarias que se perfeccionan, consuman o surten sus efectos en el exterior entre prestamistas y prestatarios extranjeros con respecto al país de origen de dicho intermediario.
     Los bancos offshore que se establecen en los llamados paraísos fiscales, son personas jurídicas cuya nacionalidad es la del país anfitrión, y están sujetos a la legislación de éste.  A diferencia de lo que muchos creen, la banca offshore no es producto de una falta de regulación sino que por el contrario, son producto de todo un régimen legal que determina el ámbito de su operatividad dentro del respectivo país sede, aunque las operaciones bancarias que realizan gozan de una especie de extraterritorialidad respecto del país anfitrión que determina la aplicación de normas eminentemente más favorables en los aspectos fiscales, financieros y cambiarios. 
             
IV.  Características de la Banca Offshore.
     A diferencia de los centros financieros internos de cada país, los centros financieros internacionales offshore se caracterizan porque en sus operaciones el aportante o el tomador, o ambos no son residentes con respecto del país del intermediario financiero, es decir, que la mayoría de sus operaciones se realizan entre prestatarios y prestamistas extranjeros.  Aquí cabe hacer mención que los bancos offshore prestan sus servicios tanto localmente  a  residentes del país anfitrión como en operaciones con extranjeros no residentes o pueden únicamente prestar sus servicios a no residentes del país anfitrión, expresión cuyo significado varía de un país al otro.  Los centros financieros offshore también se caracterizan por la procedencia de sus recursos, en donde predominan los depósitos provenientes del extranjero.  Las motivaciones de estos extranjeros para la utilización de estos centros offshore son diversas, puede ser desde evitar el pago excesivo de impuestos hasta la carencia de oportunidades de inversión en sus países de origen, por la ausencia de un desarrollo que propicie la estructuración de un mercado de capitales, hasta la falta de una estabilidad económica y política en los países en que viven. 
     Por otro lado existen ciertas condiciones necesarias para la creación de un centro financiero offshore, dentro de las cuales se encuentran las siguientes:
1.  Estabilidad Política: La estabilidad política es uno de las condiciones que busca un inversionista en un centro financiero offshore debido a la estrecha relación de ésta con la posibilidad de “planificación”.  Las partes necesitan tener un alto grado de certeza y seguridad  no sólo en cuanto a las condiciones actuales bajo las cuales se va a llevar a cabo la inversión, sino que también en cuanto a determinadas condiciones futuras, ya que ellos invertirán basados en proyecciones a largo plazo, es decir, que uno de los principales análisis que un inversionista hará para  decidir si invierte o no en cierto negocio, es sobre la base de las proyecciones a futuro que pueda realizar y al resultado de las mismas; para lo cual el tener cierto grado de certeza y seguridad a futuro es elemental.  Esto no es posible realizar en cualquier país, debido a que muchos no tienen una estabilidad política y por ende sus políticas gubernativas, económicas, administrativas o de cualquier otra índole, pueden cambiar de un momento a otro y de esta forma, afectar el resultado de la inversión realizada. 
     En este tema es de gran importancia hacer ver que todo tipo de inversión acarrea un riesgo, claro unas más que otras.  El hecho que un país tenga una estabilidad política no significa que dicha inversión esté libre de riesgo, sin embargo, una inversión que se realice en un país con una inestabilidad política marcada conlleva un riesgo mayor a aquélla que se llevará a cabo en un país políticamente estable. 
     Se dan casos como el de Panamá, en donde los problemas políticos internos repercutieron ampliamente en el volumen de sus depósitos y en este momento se encuentran en la lucha de rescatar lo perdido.    No así, los centros financieros offshore ubicados en  Puerto Rico que han sido reconocidos a nivel mundial debido a que  reúnen una serie de condiciones que crean un ambiente propicio para la realización de transacciones bancarias internacionales, dentro de las cuales se destaca su estabilidad política, la solidez de su sistema bancario y su relación económica con Estados Unidos, provocando así que los inversionistas logren con un alto grado de certeza y seguridad  invertir basados en proyecciones futuras. 
2.  Estado de Derecho: Al estudiar la naturaleza del Estado se ha visto que desde un punto de vista sociológico se tiene como fundamento del mismo el aseguramiento de la convivencia ordenada y duradera de los hombres. Aunque existen diferentes connotaciones jurídicas, en cuanto a cuál es el fin del Estado, las ideas antiguas nos dan idea de que se tenía como fin del mismo la realización de la Justicia, idea que más tarde habría de pasar al Derecho, de donde indirectamente pasa a ser también fin del Estado en la realización del Derecho, con lo que podrá afirmarse que el fin jurídico del Estado es el Estado de Derecho. 
     La historia del Estado de Derecho ha sido confundida con la historia de la democracia.  La lucha por la libertad lleva a la lucha por la limitación del poder y al establecimiento de un gobierno de leyes y no de hombres.  El mejor modo de limitar el poder es a través de regímenes que establezcan una equitativa distribución del mismo, lo cual se logra con un sistema de control constitucional, un sistema de separación de poderes y de frenos y contrapesos y en donde la ley sea observada por igual y aplicada igualmente.  Cuando desaparecen los sistemas democráticos y ceden su lugar a regímenes autoritarios, la arbitrariedad sustituye a la legalidad y la libertad desaparece.
     Según Kant, el Estado tiene como único fin tutelar el derecho, o sea, garantizar la libertad.  Por otra parte, Hayek, en la diferencia que establece entre el derecho y  la legislación encuentra que el derecho por ser norma impuesta por la costumbre, refleja exactamente un verdadero orden de comportamiento no sujeto a la arbitrariedad, en tanto que la legislación, que nace de la necesidad de implantar normas de organización, puede ser motivo de arbitrariedad de parte de quien la emite, cuando pretende establecer normas de comportamiento.  En este sentido, el Estado legalista sería más bien el que se fundamenta en la legislación y el Estado de Derecho el que respeta las normas de comportamiento generales, abstractas e impersonales, sea a través de la costumbre o de la ley.
     El Estado de Derecho presupone, pues, una limitación del Estado, aunque es más que una limitación, pues implica que el Estado sólo puede actuar sobre sus gobernados por una regla preexistente y que nada puede exigir de ellos sino en virtud de reglas preexistentes.  El derecho es anterior y superior al Estado y por consiguiente, el Estado se halla sujeto al Derecho. 
     Por lo que, basados en lo anteriormente expuesto, podemos fácilmente llegar a afirmar que para un inversionista es de suma importancia que el país en donde se encuentra el centro financiero offshore, en donde él invertirá, sea un país en donde se respete y practique un Estado de Derecho.  Es importante que el Estado en sí tenga cierto tipo de limitaciones, en donde los gobernantes únicamente puedan actuar basados en normas preexistentes y que éstas no sólo se respeten sino que se apliquen.  De esta manera un inversionista tendrá todas las reglas del juego antes de empezar a jugar, podrá tener seguridad jurídica en la inversión por realizar.
     Asimismo, es importante abordar el tema de la política, lo que es ante todo un deseo de cambio o de fuerza que mantiene el orden existente; en tal sentido la defensa de ese orden está íntimamente relacionada con los principios éticos prevalecientes.  La extensión del poder, su transformación en autoridad y el uso de la fuerza deben estar regulados por la ley y ésta hallarse inspirada en los principios fundamentales del Derecho de la Justicia, a riesgo de convertirse en caso contrario en opresión.  Es en la política en donde se definen los principios de libertad y de igualdad que forman la base sobre la que descansa el Estado de Derecho.   Para un inversionista el hecho que los gobernantes del país en donde piensa invertir tengan límites preestablecidos y que los mismos se respeten,  y que él pueda con un alto grado de certeza saber que un cambio de gobierno no implica o conlleva un cambio en las reglas del juego con las cuales él invirtió, es esencial para optar por un centro financiero offshore u otro.
3.  Aspecto Fiscal: Dentro del número de características que hacen atractivo a un centro financiero offshore tal vez la de mayor significación es el aspecto fiscal, ya que tales entidades eximen a sus cuentahabientes del pago de impuestos o disminuyen la carga de los mismos.  Al igual que en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, Guatemala tiene un sistema fiscal que se basa en el principio de “la fuente”, según el cual únicamente estará gravada la renta de fuente guatemalteca y por consiguiente las rentas obtenidas en el exterior no se encuentran gravadas, ya que se considera renta de fuente no guatemalteca. 
     Basados en lo expuesto debemos analizar varios aspectos.  El primero de ellos es que un guatemalteco preferirá invertir en una entidad offshore en vez de hacer una inversión local debido a que ésta última será fuente gravada y por ende, fiscalmente no le conviene hacerla, pues si invierte en una entidad offshore, el inversionista no tendrá que pagar todos los impuestos, ya que la renta obtenida de dicha inversión será considerada renta  de fuente no guatemalteca. 
     Ahora bien, dentro del segundo supuesto a analizar nos podemos hacer la siguiente pregunta: ¿Por qué un inversionista optaría por invertir en una entidad offshore ubicada en un paraíso fiscal, en vez de invertir en cualquier otra entidad extranjera,  por ejemplo, Citibank Londres?  Si lo analizamos cuidadosamente todo pareciera indicarnos que valdría más la pena invertir en Citibank ya que, no sólo ambas tienen el mismo beneficio en el ámbito fiscal, pues en ninguno de los dos casos el rendimiento obtenido se tendrá como fuente guatemalteca; sino que además Citibank es una entidad reconocida a nivel mundial, con un alto grado de confianza y seguridad por lo que cualquier inversionista preferiría invertir su dinero en estas entidades. 
     Sin embargo,  aquí entran en juego la posibilidad de poder constituir una “sociedad offshore”.   Pero, ¿qué debemos entender por sociedad offshore?  Es una entidad situada en un paraíso fiscal, sujeta a un régimen legal distinto, “extraterritorial”, con relación al país de domicilio de sus asociados.  Son personas jurídicas, susceptibles de tener un patrimonio propio, derechos y obligaciones, con órganos debidamente estructurados, constituidos legalmente conforme a las leyes de determinados países y generalmente con el objeto de desarrollar actividades comerciales en los países en que son utilizadas (nunca en su país de constitución)[4].  En sí,  las sociedades offshore ubicadas en un paraíso fiscal se diferencian de las sociedades anónimas locales en que las primeras se encuentran ubicadas en el extranjero, en paraísos fiscales; a parte de ello la única otra distinción es  meramente de orden fiscal, debido a una legislación favorable del país en que se ha constituido dicha sociedad.  Las sociedades offshore ubicadas en un paraíso fiscal sólo se benefician de esta legislación favorable en la medida en que ejercen su actividad fuera del país en el que han sido constituidas. 
     Entonces, para un inversionista le es muy atractivo el constituir una sociedad extranjera ubicada en un paraíso fiscal, en vez de invertir en cualquier otra entidad extranjera como lo sería Citibank Londres, debido a que esto le acarrea grandes beneficios de tipo fiscal.  Es importante hacer ver que no es difícil crear una de tales sociedades.  Existen ciertos paraísos fiscales en donde inclusive ya existen sociedades offshore constituidas para ser vendidas a inversionistas interesados en ellas.  Dentro de los diferentes beneficios fiscales que obtiene un inversionista al crear una sociedad offshore podemos encontrar y ejemplificar el siguiente: Si, por ejemplo,  el señor XX  tiene una sociedad anónima constituida en Guatemala, la cual obtiene como utilidad Q1,000,000.00, él tendrá que pagar sobre dicho monto,  Impuesto Sobre la Renta (ISR) el cual ascendería a 31% de Q1,000,000.00 = Q310,000.00.  Para cualquier persona dicha cantidad es un monto significativo y la mayoría de inversionistas tratará de encontrar una forma legal para poder eludir el pago del mismo.  Una solución que se ha dado en la práctica es que el señor XX constituya una sociedad offshore a la que la sociedad anónima guatemalteca  por cualquier razón justificada, por ejemplo, un préstamo o una cuenta por cobrar, le transferirá dicho monto y de esta forma el Q1,000,000.00 no estará sujeto al pago del Impuesto Sobre la Renta, ya que no cae dentro del hecho generador del mismo; sin embargo, existen operaciones que aunque se realicen por una sociedad offshore, sí estarán sujetas al pago del mismo.
     Finalmente podemos concluir que no cualquier lugar es apto para la constitución de un Centro Internacional Offshore pues se requieren determinadas condiciones para ello.
 
VII.  El futuro de la Banca Offshore
     Como se expuso en la presente investigación, la banca offshore es un intermediario financiero constituido generalmente en un paraíso fiscal debido a los beneficios de carácter impositivo que esto conlleva.  Las inversiones que tienen como destino a éstos territorios representan una parte significativa del total de las inversiones que se realizan a nivel mundial.  La revista International Investor ha calculado que el 64 % del dinero del mundo transitó por un paraíso fiscal a lo largo del año 2000. Y se cree que entre el 15  % y el 20 % de la riqueza mundial está en el sector offshore. Sin embargo, actualmente las inversiones de éste tipo han empezado a disminuir debido a las acciones que a continuación se tratarán.
     El mundo extraterritorial es un paraíso seguro para prácticas como la corrupción política, el tráfico de armas y drogas.  Aunque algunos paraísos como las Islas Anglonormandas o las Islas Caimán han creado una legislación contra el lavado de dinero, el problema aún está muy extendido.  Por ello, se han creado a nivel mundial nuevas regulaciones para tratar de poner fin a éste problema.  Algunas de ellas han sido unilaterales, consistentes en la inclusión de cláusulas de salvaguardia en los ordenamientos internos de los estados.  No obstante, los avances más significativos han sido fruto de la cooperación internacional, principalmente en el seno de la OCDE y de la Unión Europea. 
     En el año 2000, la OCDE con el ánimo de buscar cierto tipo de uniformidad, requirió a los territorios que se identifican como paraísos fiscales a eliminar sus prácticas fiscales lesivas o a eliminarlas directamente sin compromiso previo alguno, en un plazo que expiró el 28 de febrero de 2002.  Los países que no lo hicieran serían considerados como paraísos fiscales no cooperadores frente a los cuales la OCDE recomienda a sus Estados miembros adoptar determinadas medidas de salvaguarda en sus ordenamientos tributarios (limitación de deducciones y exenciones, reglas de transparencia fiscal, endurecimiento de regímenes sancionadores, etc.).
     Asimismo, entidades tales como el Grupo de Acción Financiera Internacional sobre el Blanqueo de Capitales (GAFI), el cual es un organismo intergubernamental cuyo propósito es elaborar y promover medidas para combatir el blanqueo de capitales, proceso consistente en ocultar el origen ilegal de productos de naturaleza criminal, redactó cuarenta recomendaciones que intentan impedir que dichos productos se utilicen en actividades delictivas futuras y que afecten a las actividades económicas lícitas. 
     Aunque todavía es pronto para que la cooperación internacional en esta área se haya traducido en frutos concretos, no se puede minimizar la importancia de los pasos dados, sobre todo por el cambio de actitud de la comunidad internacional.  En los próximos años habrá nuevos progresos pero también estancamientos fruto de las nuevas regulaciones que regirán las relaciones internacionales que se llevan a cabo dentro de la banca offshore. Sin embargo consideramos que aunque existan nuevas restricciones en este campo, éstos no podrán llegar a desaparecer  pues el sector offshore es una pieza clave de la economía mundial.    
 
VIII.  Conclusión    
     El fenómeno de la banca offshore no es novedoso en el contexto latinoamericano, no obstante que su origen mismo es relativamente reciente, el cual data aproximadamente desde la década de los sesenta.
     Mientras persistan en el ámbito de la comunidad internacional países con tasas impositivas altas, regímenes cambiarios severos, altas tasas de devaluación, regulaciones bancarias constructivas, topes máximos a tasas de interés y riesgos políticos, al paso que otros dispongan de regulaciones menos severas, tasas impositivas bajas o inexistencia de gravámenes, etc., existirán a su vez paraísos fiscales y centros financieros offshore que ofrezcan opciones más favorables a individuos deseosos de maximizar su rentabilidad.
      Asimismo, podemos concluir que no cualquier lugar es apto para la creación y el pleno desarrollo de un banco offshore sino que para ello es necesario que se den ciertas condiciones como lo es entre otras el  que se encuentre en un paraíso fiscal o  en un país políticamente estable. 
     La banca offshore ha desempeñado un papel que merece reconocimiento dentro de la comunidad bancaria internacional, pues ha sido uno de los mecanismos que ha facilitado el intercambio entre países.
 

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